Enoturismo en la naturaleza

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Enoturismo en la naturaleza

La experiencia del enoturismo en la naturaleza te depara un auténtico carrusel de emociones. La oferta de actividades es increíblemente amplia, para descubrir Castilla La Mancha desde una mirada diferente. Te contamos algunas de las propuestas más interesantes, para un turismo diferente, enriquecedor y en armonía con la naturaleza.

Catas y rutas por las bodegas de Castilla la Mancha

En tierras manchegas es posible elegir entre un variado repertorio de actividades en la naturaleza. Una de las más conocidas son las catas, incluidas en muchos de los packs que organizan las bodegas. Es una deliciosa manera de conocer las peculiaridades de cada zona y cada denominación de origen.
No en vano es una de las comunidades que cuenta con más denominaciones de origen. Valdepeñas, Almansa o Ribera del Júcar están entre las más conocidas, pero hay muchas otras, como Mondéjar, Manchuela o Uclés.

Las catas se completan con visitas a las bodegas y los viñedos, para conocer todo el proceso de elaboración y adentrarse de lleno en este fascinante mundo. Tanto las visitas como las catas son guiadas por profesionales que explican con detalle las propiedades organolépticas de cada vino, además de otras muchas particularidades. Los secretos de la cultura milenaria del vino atraen cada año a una gran cantidad de turistas, deseosos de saber más y deleitarse con sus extraordinarias propiedades.

Sumergirse en un mar de viñas

Además de degustar sus vinos, Castilla La Macha brinda la oportunidad de disfrutar de una forma distinta de moverse en el medio natural. Esta tierra permite descubrir bellos paisajes y rincones llenos de encanto, donde la cultura del vino está muy presente.

Existen hoteles bodega que son auténticos oasis de calma y bienestar, cuya oferta va mucho más allá de la degustación de maravillosos caldos. Despertar contemplando un mar de viñas es por sí sola una experiencia inolvidable.

Las estancias incluyen otras muchas actividades en viñedos, para sentirse parte del entorno. Pasear al atardecer contemplando la puesta de sol entre viñas no solo es un ejercicio relajante, sino también una oportunidad de conocer los cuidados y el mimo que requiere la viticultura.

Actividades estacionales

Cada estación tiene su encanto cuando estamos en el medio natural. De la explosión de alegría de la primavera a la chispeante vivacidad de las noches veraniegas o la maravillosa paleta de colores que regala el otoño, la vida entre viñedos es todo un espectáculo.

Además, las bodegas organizan actividades en la naturaleza en momentos de especial importancia para el vino, como es la época de agosto a octubre. Durante la vendimia, compartir y ver de cerca de la recolección del fruto que con tanto esmero se ha cuidado es una experiencia maravillosa.

Hay bodegas que ofrecen la oportunidad de conocer de primera mano trabajos como el de vendimiar y pisar uva. Una de las labores más tradicionales que nos recuerdan cómo ha llegado hasta nosotros un producto tan increíble como el vino, trabajado de forma artesanal.

Es indescriptible la fiesta de aromas y sensaciones que regala una experiencia como esta. Una ocasión única para vivir el enoturismo de una manera diferente, implicándose en cada fase del proceso de elaboración.

Enoturismo y gastronomía

Para completar la oferta de propuestas, la gastronomía pone el broche de oro a la increíble variedad de actividades en viñedos.

Aceites ecológicos, mermeladas y lo mejor de la cosecha se combinan en los magníficos restaurantes que salpican la geografía Castellanomanchega.

Los productos de temporada encuentran en los espléndidos vinos de la tierra un delicioso maridaje que es irresistible degustar.

La gastronomía aquí es todo un arte que tiene detrás a fantásticos profesionales en algunos de los restaurantes de más renombre en la zona.

Sin duda, una oportunidad que no se puede dejar pasar cuando se visita Castilla La Mancha, para deleitar la vista, el espíritu y también el paladar.

Vuelo en globo: una experiencia única

Para los más aventureros, siempre en búsqueda de nuevas emociones, también hay actividades en la naturaleza que colmarán sus ansias de vivir al máximo.

La posibilidad de divertirse con un vuelo en globo sobre un mar de viñas es algo que hay que probar al menos una vez en la vida. Además de los bellos paisajes con los viñedos manchegos, sus increíbles llanuras y sus bonitos atardeceres, a cada trecho esperan sorpresas.

Ejemplo de ello son los molinos de viento, mundialmente conocidos gracias al Quijote, conocido en todo el mundo.

El contraste de colores y la sensación de comunión con la naturaleza es una aventura impagable que logrará satisfacer incluso a los turistas más exigentes.
Sobrevolar la Ruta del Vino de la Mancha para después callejear por preciosos enclaves como Almansa, Campo de Criptana o Valdepeñas será un fabuloso final de viaje.

Senderismo en Tomelloso por la ruta de bombos

No solo los molinos sorprenden en tierras de La Mancha, sino que hay otras muchas construcciones locales que atrapan por su aire pintoresco.

Es el caso de la ruta de los bombos, con punto de partida en la localidad de Tomelloso. Se trata de una propuesta para los amantes del senderismo, que además de permitir descubrir bonitas sendas ofrece un recorrido por un símbolo de la cultura local.

Los bombos son unas construcciones típicas de la zona, que tienen su origen en el siglo XIX. Su existencia está vinculada a las tareas agrícolas relacionadas con el cultivo de las viñas.

Se trata de una especie de casas circulares hechas de piedra seca, y que se usaban como vivienda de los agricultores y para guardar los aperos del campo. Es una ruta interesante para hacer en familia y transmitir a los más pequeños de la casa la historia de una tierra que encontró en el vino una fuente de vida y de riqueza.

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